
La tuberculosis continúa siendo la enfermedad infecciosa más letal a nivel mundial, cobrando más de 1 millón de vidas al año. En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis que se conmemora cada 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta internacional sobre el grave impacto que están teniendo los recortes financieros en los servicios de salud, afectando la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
“Los enormes avances que el mundo ha logrado en la lucha contra la tuberculosis a lo largo de los últimos 20 años están ahora en peligro”, afirmó el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. El llamado a la acción urgente se centra en proteger los servicios esenciales y asegurar la sostenibilidad de la respuesta mundial ante una enfermedad que afecta de forma desproporcionada a los países con menos recursos.
Una campaña que reclama compromiso, inversión y resultados
La edición 2025 del Día Mundial de la Tuberculosis se enmarca bajo el lema: ¡Sí! Podemos poner fin a la tuberculosis: comprometerse, invertir, cumplir, enfatizando la necesidad de medidas inmediatas, responsabilidad política y continuidad en los esfuerzos para erradicarla. La campaña también busca mantener viva la esperanza y motivar a los países a cumplir los compromisos asumidos en la Asamblea General de la ONU en 2023.
Colapso de servicios en regiones vulnerables
Según datos preliminares compartidos por la OMS, 27 países, especialmente en África, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental, enfrentan trastornos graves en la prestación de servicios de tuberculosis. Los impactos incluyen:
- Escasez de personal de salud especializado.
- Disrupciones en servicios de diagnóstico, retrasando la detección.
- Colapso de sistemas de vigilancia epidemiológica.
- Falta de acceso a medicamentos por interrupciones en las cadenas de suministro.
- Deterioro en las iniciativas comunitarias de búsqueda de casos y rastreo de contactos.
Nueve países han reportado dificultades severas para adquirir fármacos antituberculosos, una situación que compromete la adherencia al tratamiento y puede contribuir al aumento de la farmacorresistencia.
Una brecha financiera que compromete la respuesta global
La crisis actual se suma a un déficit histórico de inversión. En 2023, solo se financió el 26% de los 22 mil millones de dólares anuales necesarios para cubrir las actividades de prevención y atención de la tuberculosis. En investigación, el panorama es aún más crítico: en 2022 se recaudó solo el 20% de la meta global de 5 mil millones de dólares.
El desarrollo de vacunas, diagnóstico temprano y tratamientos innovadores están en riesgo. A pesar de los esfuerzos liderados por la OMS, como el Consejo de Aceleración de Vacunas para la Tuberculosis, la falta de inversión amenaza con paralizar avances fundamentales.
Llamado conjunto con la sociedad civil
En una declaración conjunta con el Grupo Especial de la Sociedad Civil sobre la Tuberculosis, la OMS delineó cinco prioridades estratégicas:
- Atención inmediata a las interrupciones de servicios.
- Financiación nacional sostenible y continua.
- Protección de los servicios esenciales y acceso equitativo a tratamientos.
- Plataformas de colaboración multiactor y multisectorial.
- Fortalecimiento de sistemas de monitoreo y alerta temprana.
“La inversión en tuberculosis no solo es un imperativo moral, también es una decisión económica inteligente”, subrayó la Dra. Tereza Kasaeva, directora del Programa Mundial de TB de la OMS, destacando que por cada dólar invertido, se genera un retorno estimado de 43 dólares.
Una nueva estrategia: integrar la tuberculosis en la atención primaria
Frente a las limitaciones financieras y logísticas, la OMS propone una estrategia sostenible basada en la integración de la tuberculosis y la salud pulmonar en la atención primaria de salud. Las nuevas directrices técnicas promueven un abordaje integral que incluye:
- Prevención y diagnóstico precoz de la TB y comorbilidades.
- Fortalecimiento del primer nivel de atención para el manejo clínico.
- Optimización del seguimiento de pacientes.
- Enfoque sobre determinantes sociales como el hacinamiento, tabaquismo y desnutrición.
Este modelo busca aprovechar los recursos existentes, mejorar los desenlaces clínicos y reducir los costos del sistema sanitario a largo plazo.
Sin acción urgente, se perderán millones de vidas
La OMS reiteró que detener el avance de la tuberculosis requiere del compromiso conjunto de gobiernos, donantes, sociedad civil, comunidades científicas y profesionales de la salud. Sin una respuesta decidida y coordinada, se corre el riesgo de perder los logros alcanzados, agravando la situación para millones de personas en todo el mundo.
Los sistemas de salud deben mantenerse vigilantes, proactivos y comprometidos con la erradicación de esta enfermedad. La TB, pese a ser prevenible y curable, continúa cobrando vidas debido a la desigualdad en el acceso a servicios de salud, la falta de recursos y la desatención política.