Lecciones internacionales de la compra directa de medicamentos

Lecciones internacionales de la compra directa de medicamentos

La compra directa de medicamentos es un tema crucial en la agenda de los sistemas de salud modernos. A medida que los gobiernos buscan mecanismos para garantizar el acceso a los fármacos a precios justos, las experiencias internacionales pueden ofrecer valiosas lecciones sobre los retos y las oportunidades de este modelo. Países como Reino Unido, Canadá y, en la región, México, han apostado por estrategias centralizadas de adquisición de estos productos, logrando resultados mixtos en función de las condiciones y capacidades de cada contexto nacional.

En un esfuerzo por garantizar el acceso equitativo a medicamentos esenciales y contener los costos del sistema de salud, Colombia está explorando alternativas para la compra directa y centralizada de medicamentos. Este modelo, ampliamente implementado en diferentes partes del mundo, se presenta como una posible solución a los desafíos estructurales de los sistemas de salud públicos y privados. Sin embargo, los resultados internacionales no siempre han sido consistentes, y los retos son tan significativos como las oportunidades.

Modelos internacionales de compra directa: éxitos y obstáculos

El modelo de compra directa y centralizada de medicamentos ha sido implementado con éxito en países como el Reino Unido y Canadá, donde las agencias públicas actúan como compradoras únicas para el sistema de salud. En Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud (NHS) utiliza la compra centralizada para negociar precios competitivos y asegurar la calidad de los medicamentos. Este proceso ha resultado en una significativa reducción de costos, lo cual ha permitido liberar recursos para otras áreas del sistema sanitario.

De manera similar, Canadá cuenta con un modelo que centraliza la compra de medicamentos a través de Canada’s Provincial and Territorial Drug Programs, logrando acuerdos nacionales que permiten una distribución más equitativa y a precios negociados. Estos programas son ejemplos de cómo la colaboración entre niveles del gobierno y el sector farmacéutico puede optimizar la utilización de los recursos.

Ambos países han logrado establecer estrategias de compra que mantienen los costos bajo control y permiten estándares de calidad y acceso. Sin embargo, estos modelos también tienen detractores: la rigidez de los procesos de negociación, los tiempos prolongados para alcanzar acuerdos y la posible limitación en la disponibilidad de productos innovadores, son algunos de los puntos que aún se debaten intensamente.

La experiencia mexicana: éxitos y desafíos en la compra consolidada

En el contexto latinoamericano, México ha iniciado un proceso de compra consolidada de medicamentos. La intención es reducir los costos de adquisición y garantizar el acceso a medicamentos esenciales para toda la población. “Este modelo es muy importante para disminuir la morbilidad y mortalidad de los distintos padecimientos. Si vamos a tratar de bajar la curva de todas las enfermedades crónicas, tenemos que disponer de medicamentos para ello”, precisó David Kersenobich. El secretario añadió que, este mecanismo es fundamental para garantizar la sostenibilidad del sistema y reducir los niveles de morbilidad y mortalidad a nivel general.

La ejecución de la compra consolidada estará a cargo de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México S.A. de C.V. (Birmex), mientras que las instituciones participantes firmarán los contratos y recibirán los insumos para atender a la población.

Implicaciones para Colombia

En el contexto del país, la adopción de un modelo de compra directa de medicamentos podría generar beneficios importantes, siempre y cuando se tomen en cuenta las lecciones aprendidas de otras latitudes. Es importante resaltar que la realidad colombiana presenta especificidades que no pueden ser ignoradas: el sistema de salud nacional está compuesto por diversos actores, incluyendo EPS e IPS, que tienen funciones particulares y relaciones contractuales complejas. En este sentido, la colaboración entre el Estado, las entidades aseguradoras y los proveedores será clave para asegurar que la compra directa cumpla con sus objetivos.

Las experiencias internacionales sugieren que la compra centralizada puede ofrecer un camino para mejorar el acceso a medicamentos, pero también subrayan la necesidad de una gobernanza efectiva que asegure la transparencia, la equidad y la eficiencia en el uso de recursos públicos.

Colombia tiene el reto y la oportunidad de aprender de los éxitos y fracasos de otros países para estructurar un modelo que se ajuste a sus particularidades y contribuya al fortalecimiento de su sistema de salud. De esta manera, el camino hacia una compra directa y eficiente de medicamentos podría allanar el terreno hacia un acceso más equitativo y justo para todos los colombianos.

Este modelo no solo aborda los desafíos históricos del sector, sino que también establece un camino hacia un futuro sostenible, enfocado en las necesidades de los pacientes. Con una implementación transparente y estratégica, el país tiene la oportunidad de posicionarse referente en la gestión de medicamentos y en la protección del derecho a la salud.

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